LAS EMOCIONES.

Normalmente solemos creer que las emociones son irracionales y que nos conducen a la mala toma de decisiones, lo que a su vez nos puede llevar a concluir que las emociones no sirven para nada. Sin embargo, esto es un grave error. Las emociones juegan un papel muy importante en nuestra vida: nos ayudan a modular nuestro comportamiento y a actuar rápidamente en situaciones en las que es necesario.

LAS EMOCIONES
LAS EMOCIONES

¿6 o 4 emociones básicas?

Las emociones más significativas son las que denominamos cómo emociones básicas (sorpresa, asco, miedo, felicidad, tristeza y enfado).

Estas emociones básicas son parte del desarrollo natural de cada ser humano y son iguales para todos, independientemente del entorno del individuo. En general, son procesos relacionados con la evolución y la adaptación y tienen un trasfondo neural innato y universal. Además, tienen un estado emocional asociado característico, que podríamos llamar sentimiento.

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Según la psicología de Ekman, existen estas seis emociones básicas. Sin embargo, gracias a las nuevas técnicas de neurociencias, sabemos que el asco y la ira proceden de una emoción en común y que la sorpresa y el miedo comparten una expresión facial base. Por lo que, podemos afirmar que existen 4 emociones básicas.

No obstante, vamos a definirte las emociones básicas que nos propuso la teoría psicológica de Ekman.

1. Asco

Según la teoría de Ekman, el disgusto es una de las emociones básicas. Implica una sensación de repulsión o evitación de la posibilidad (real o imaginaria) de ingerir una sustancia peligrosa con propiedades contaminantes. La sensación subjetiva es de gran desagrado y una marcada aversión al estímulo ofensivo. Los efectos fisiológicos centrales se manifiestan en diferentes problemas gastrointestinales junto con las náuseas. También hay un aumento general de la activación en el cuerpo.

El asco como emoción negativa también se ve reflejado en el aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, la respuesta de la conductancia de la piel y la tensión muscular. La función adaptativa de la repugnancia es rechazar cualquier estímulo que pueda ser tóxico. Las náuseas y la incomodidad ayudan a que el sujeto evite ingerir cosas que son dañinas para el cuerpo. Además, con el tiempo, esta emoción también ha adquirido un carácter social. También rechazamos los estímulos sociales tóxicos.

2. Sorpresa

Según la psicología, podemos definir la sorpresa como la reacción provocada por algo inesperado, nuevo o extraño. En otras palabras, es cuando aparece un estímulo en el que el sujeto no había pensado de antemano. La experiencia subjetiva que acompaña a la sorpresa es una sensación de incertidumbre. En cuanto a las reacciones fisiológicas, normalmente se observa una disminución de la frecuencia cardíaca y un aumento del tono muscular. La respiración se hace más profunda, el tono sube y el sujeto hace vocalizaciones espontáneas.

El propósito de la sorpresa es vaciar la memoria de trabajo de toda la actividad residual para poder enfrentar el estímulo inesperado. Para ello, la sorpresa activa los procesos de atención, junto con el comportamiento relacionado con la exploración y la curiosidad. Dependiendo de la calidad del estímulo inesperado, la alegría (positiva) o la ira (negativa) a menudo siguen a esta emoción.

3. Miedo

Esta es la emoción que más estudian los investigadores en humanos y animales. El miedo es un estado emocional negativo o adverso. Implica una alta activación que conduce a evitar y escapar de situaciones peligrosas. La experiencia del miedo es la de la alta tensión, junto con la preocupación por la salud y la seguridad de uno mismo. Los síntomas fisiológicos correlacionados nos muestran una rápida elevación de la activación y preparación para el vuelo. La actividad cardíaca se dispara y la respiración se acelera.

La respiración se vuelve superficial e irregular. El miedo es un legado evolutivo que tiene un evidente valor de supervivencia. Esta emoción es útil para preparar el cuerpo y provocar comportamientos de supervivencia ante situaciones potencialmente peligrosas. Además, ayuda a aprender nuevas respuestas de protección.

4. Felicidad

De todas las emociones básicas según la psicología, la felicidad es quizás la más positiva. Nosotros asociamos directamente la felicidad con el placer y la alegría. Viene como respuesta a la resolución de algún objetivo personal o después de mitigar una situación negativa, por ejemplo. Debido a la forma en que lo expresamos, no parece tener ningún tipo de función de supervivencia. No parece ser más que el reflejo de nuestro estado interno. Sin embargo, la felicidad es uno de los sistemas corporales que nos mueve a la acción.

También es una recompensa por el comportamiento que nos aporta beneficios. Cuando tomamos algún tipo de acción que cumple una meta, surge la felicidad. Gracias a ese sentimiento de felicidad, repetiremos ese comportamiento para volver a experimentar placer. Estos pueden ser los motivadores más naturales que tenemos. A nivel fisiológico, se observa un aumento de la frecuencia cardíaca y una mejor frecuencia respiratoria. Además de eso, encontramos que el cerebro libera más endorfinas y dopamina.

5. Tristeza

De todas las emociones básicas según la psicología, la tristeza es probablemente la más negativa. Esta emoción implica una disminución del estado de ánimo, así como una reducción significativa de la actividad cognitiva y conductual.

A pesar de la mala reputación que recibe esta emoción, cumple roles que son tan importantes, incluso más importantes, que el resto de las emociones básicas.

El propósito de la tristeza es actuar en situaciones en las que el sujeto se encuentra impotente o no puede tomar ninguna acción directa. Un ejemplo es la pérdida de un ser querido. La tristeza reduce los niveles de actividad, que es el cuerpo tratando de economizar recursos y evitar esfuerzos innecesarios. La tristeza también juega un papel de autoprotección. Genera un filtro perceptivo que concentra la atención hacia el estímulo dañino. Y lo que es más importante, empuja a las personas a buscar apoyo social, lo que les ayudará a salir de una situación depresiva.

6. Ira

La ira surge cuando un individuo se encuentra en situaciones que producen frustración o aversión. La experiencia de la ira es desagradable. Viene acompañado de un sentimiento de tensión que nos impulsa a actuar. Es una emoción multifacética y, en muchos casos, ambigua. Decimos ambiguo porque no siempre está justificado y el objeto no siempre está bien identificado. A nivel fisiológico, se observa un aumento excesivo de la activación y de la preparación para la acción.

Observamos un aumento de la actividad cardíaca. El tono muscular y la frecuencia respiratoria también aumentan, además hay un aumento significativo de adrenalina en la sangre. Esto, a su vez, aumenta la tensión cognitiva. La ira tiene una clara función evolutiva. Nos da los recursos que necesitamos para hacer frente a situaciones frustrantes.

Cuando tenemos que enfrentarnos a algún tipo de peligro o superar un desafío, gastar estos recursos para aumentar la activación nos ayuda a tener éxito. Si no alcanzamos nuestra meta después de sentir enojo, entonces pasamos a la tristeza. Esto significa que buscamos resolver el problema utilizando otras herramientas.

Emociones básicas y secundarias

Ya sean positivas, negativas o neutrales, todas las emociones tienen un propósito que nos ayuda a sobrevivir. Por otro lado, también pueden ser peligrosos. Pueden meternos en situaciones peligrosas o dominar nuestro comportamiento. En esos casos, la regulación emocional es especialmente importante. La regulación emocional es lo que hace posible evitar la negatividad cuando las emociones están al timón.

La diferencia entre las emociones básicas y secundarias

En este caso encontramos disparidad de opiniones: algunos expertos afirman que las emociones secundarias son aquellas que derivan de las emociones básicas (por ejemplo, la ansiedad puede ser la mezcla del miedo con otro tipo de respuesta emocional).

Por otro lado, otros psicólogos afirman que la diferencia principal entre las emociones básicas y secundarias reside en la complejidad de estas últimas, desarrollándose a lo largo del tiempo y siglos de evolución humana..

Este artículo es meramente informativo, y no reemplaza un tratamiento terapéutico. Así mismo podes ponerte en contacto con nosotros para consultar turnos disponibles para atención. No se atienden urgencias, sólo se realiza tratamiento ambulatorio. En caso de urgencia comunicarse con el teléfono de salud mental correspondiente a su lugar de residencia, obra social o prepaga que posea.

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