Una reflexión sobre por qué vivir en el presente es sencillo y a la vez complicado.

Un joven visita a un viejo sabio y le pregunta:
-¿Cómo puedo hacer para vivir en el presente?
-Muy fácil, cuando comas come, cuando camines camina, cuando abraces abraza, y cuando piques cebolla pica cebolla.
-Eso lo hace cualquiera- dijo el joven aprendiz.
-No, cuando usted se baña está pensando en su trabajo. Cuando cocina está pensando en la discusión con su pareja. Y cuando camina está pensando en tomarse vacaciones.
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Viviendo en el presente
Cuerpo, emoción y pensamiento son los tres niveles de conciencia. Y si bien nuestro cuerpo y nuestras emociones se encuentran siempre en el tiempo presente, la mente puede estar tanto en el futuro como en el pasado. Y de hecho, es donde más tiempo suele estar.
Sin embargo, cuando pensamos en algo que ya ha ocurrido o proyectamos una situación que podría o no suceder en un futuro, estamos generando una emoción que sucede en el cuerpo, en el aquí y ahora, en el plano de lo real. Y el problema es que todo pensamiento es en realidad un relato, una forma de interpretar los hechos. De ahí que muchas veces sacrifiquemos nuestro bienestar en el presente por divagaciones de la mente.
Esto no quiere decir que no esté bien o que no sea productivo pensar en nuestro pasado y en nuestro futuro. ¡Claro que lo es! Eso nos permite conquistar metas y nos enseña a no repetir errores. El problema está en el pensamiento que surge de forma automática y que escapa de nuestro control.
Estado de fluir
Cuando cuerpo, emociones y mente se encuentran sincronizados en el momento presente es cuando nos ubicamos en lo que muchos estudiosos de la psicología llaman el estado de flow (fluir). El flow es esa sensación que tenemos cuando estamos tan compenetrados en una actividad que una hora parece haber sucedido en un minuto.
Ahí donde el reloj no existe. Ya sea pintando, haciendo nuestro deporte preferido o jugando al sudoku. ¿Por qué? Porque al encontrarnos tan enfocados en el momento presente la mente funciona a nuestro servicio en lugar de dominarnos, de ahí que al flow se lo considere un estado de mindfulness, es decir, de atención plena.
El acto de pensar
Pensar debería ser un acto voluntario, no un hecho automático. Debemos tener la capacidad de elegir lo que queremos pensar en orden de vivir una vida más consciente. Recuerda que no eres tus pensamientos, de ahí que puedas observarlos y cambiarlos, por eso es tan importante no identificarte con ellos.
Si realmente fueses tus pensamientos, no podrías modificarlos. Lo que eres es quien observa, quien tiene la capacidad de elegir cómo actuar ante las circunstancias que le pone la vida en su camino.
Recuerda que no se trata de pelearse con la mente. Sino de detectar y elegir ser de otra manera. El primer paso es reconocer cuando la mente se va de casa, es decir, cuando se va de nuestro presente. Eso es conciencia.
El segundo es volver al presente. Y si bien suena sencillo, a veces podemos estar tan enroscados en nuestros pensamientos que parece imposible de lograr. Una buena forma de conseguirlo es a través de la meditación guiada, cuyo fin último es justamente centrar nuestra atención en el momento presente.
La meditación como herramienta
Ten en cuenta que la mente no está diseñada para cambiar. De hecho, está diseñado para utilizar la menor cantidad de energía posible, de ahí que intente acortar caminos recorriendo siempre de la misma manera su reacción ante un mismo estímulo.
Por eso, para no desilusionarse en la práctica de la meditación, es importante asumir que es probable que la mente se vuelva a perder en pensamientos automáticos. Pero con paciencia debemos volver una y otra vez al presente hasta generar el hábito. Lo importante es reconocer cuáles son nuestros patrones mentales habituales para elegir nuevos y que jueguen a favor de nuestra paz interior, nuestra felicidad y autorrealización.
Recuerda que la vida está aquí, ahora mismo, mientras lees estas palabras. Ésta es la arena en la que suceden las cosas. Pero si malgastamos nuestra energía en pensamientos sobre cosas que ya han pasado o proyectando escenarios futuros, perdemos la oportunidad de modificar lo que sí está a nuestro alcance en el presente. Ya sea a través de decidir perdonar a alguien, dejar atrás el rencor, llamar a un amigo con el que discutimos o tomarnos un momento para agradecer las cosas buenas que hay en nuestra vida.
Este artículo es meramente informativo, y no reemplaza un tratamiento terapéutico. Así mismo podes ponerte en contacto con nosotros para consultar turnos disponibles para atención. No se atienden urgencias, sólo se realiza tratamiento ambulatorio. En caso de urgencia comunicarse con el teléfono de salud mental correspondiente a su lugar de residencia, obra social o prepaga que posea.
La mejor forma de disfrutar de tu vida es contrarrestando los momentos malos con los buenos, recordar las buenas experiencias de tu vida, profundizar en esos buenos aspectos, la terapia con especialista siempre ayuda.
la nota que necesitaba leer, gracias!