La enfermedad de Parkinson afecta a las regiones del cerebro que producen dopamina, un neurotransmisor que permite los movimientos voluntarios y precisos (finos) además de otras funciones no relacionadas con la motricidad. Los síntomas principales de esta enfermedad, descrita por James Parkinson en 1817, incluyen los temblores en reposo, la rigidez muscular y la afectación del habla y de la marcha. El Parkinson suele iniciarse entre los 50 y los 60 años, aunque no es infrecuente que empiece a partir de la década de los 30. El curso de esta enfermedad es crónico y normalmente provoca incapacidad severa en la persona que la sufre al cabo de unos 10 años. Si bien algunos tratamientos pueden aliviar los síntomas, una vez desarrollada la enfermedad de Parkinson no tiene cura.