Al haberse extendido la esperanza de vida, restan muchos años luego de la jubilación en los que se dispone de mayor tiempo libre. Sin embargo, debido a la pérdida de un proyecto laboral, que seguramente ha abarcado gran parte de la vida, se producen reorganizaciones en la constitución de la identidad personal y ocupacional, lo cual requiere elaborar cuestiones relacionadas con la pérdida de un lugar social de pertenencia, del ámbito socializador del trabajo y fundamentalmente la posibilidad de elaborar nuevos proyectos. Aisenson plantea que "la manera en que el individuo sobrelleve esta etapa del ciclo de vida dependerá de la identidad que logró constituir y del apoyo social recibido (...) así como de las posibilidades de construir y redefinir proyectos, a partir de la visualización de los propios recursos y la movilización de estrategias que permitan ponerlos en marcha" (Aisenson, 2002:113). En terapia se puede llevar a cabo un proceso de búsqueda y organización de este proyecto. Como un medio para que a través de la actividad y experiencia, el paciente lograr llevar a cabo todos los procesos tendientes para alcanzar resultados óptimos.